La adicción al alcohol.
El alcoholismo es una dolencia provocada por la enfermedad de la adicción. Podemos reconocer la enfermedad en los siguientes síntomas:
- Excesivas ganas de beber: La adicción hará que el paciente trate de consumir alcohol en situaciones fuera de contexto como durante la jornada laboral o por la mañana poco después de salir de la cama.
- Pérdida de control sobre la sustancia: El enfermo no podrá dejar de beber una vez ha comenzado.
- Dependencia física: síntomas de abstinencia, tales como ansiedad, náuseas, sudoración o temblores después de dejar de beber.
- Fuerte dependencia física: si el paciente pasa un tiempo sin consumir Alcohol, aparecerán síntomas físicos de la enfermedad, temblores, ansiedad, sudoración o nauseas entre ellos.
- Desarrollo de la tolerancia al alcohol: El exceso de consumo de alcohol genera tolerancia y eso implica la necesidad de aumentar la dosis requerida para sentir el efecto que la droga produce.
- El exceso de consumo al que lleva la enfermedad de la adicción supone serias consecuencias para el adicto, supone la entrada en el grupo de riesgo a la hora de sufrir daños permanentes en el hígado o el cerebro. Se ha determinado que el alcohol influye significativamente en el desarrollo de cáncer de laringe, garganta o esófago. También puede producir daños congénitos en los hijos. Aumenta el riesgo de accidentes laborales y de tráfico así como el riesgo de sufrir o generar agresiones. Y por último, está estrechamente relacionado con muchos de los casos de muerte por accidente, violencia o suicidio.
¿CÓMO SE DETECTA EL ALCOHOLISMO?
El alcohol es una droga legal que ha consumido en algún momento el 98% de la población mayor de edad, no obstante el enfermo alcohólico pronto presentará problemas con su consumo, el primer síntoma de alcoholismo es el consumo excesivo en situaciones donde se consume alcohol, reuniones o fiestas, luego, gradualmente el consumo ira introduciéndose en situaciones fuera de contexto y se producirán en el enfermo adicto alteraciones de conducta y carácter, abandono de hábitos y responsabilidades, depresión, inactividad o conductas agresivas, el adicto dejará a un lado aficiones y reuniones donde no se consuma alcohol, familiares y amigos le harán un lado y el núcleo familiar se verá resentido por la actitud del enfermo adicto. Mentiras, resentimiento en la economía y problemas laborales afectarán al entorno más directo del alcohólico.
Ante los problemas que la adicción supone, es probable que el paciente alcohólico intente dejar de beber o beber moderadamente por sí mismo, en ocasiones lo consigue durante un periodo de tiempo aunque ningún paciente con la enfermedad de la adicción lograra sobreponerse a esta solo con su voluntad.
Finalmente, el enfermo adicto retomara el consumo, generando de nuevo todos los conflictos que esto supone.
La enfermedad puede complicarse si el adicto alcohólico añade otras sustancias también adictivas, cocaína, cannabis, tranquilizantes, etc. aceleraran el proceso de degradación y aumentará el riesgo de enfermedades.
¿CÓMO ACTUAR?
Si reconocemos estos síntomas en nosotros mismos o en una persona cercana estaremos frente a la enfermedad de la adicción, la primera medida a tomar es acudir a un centro especializado donde puedan realizar un diagnóstico profesional. En Instituto Sócrates, ofrecemos asesoramiento telefónico y diagnostico gratuito. Nuestro equipo médico y terapéutico le indicara el tratamiento más adecuado a su situación y su diagnóstico personal.