En esta fase inicial, el paciente deja de consumir las sustancias a las que es adicto. La desintoxicación se lleva a cabo bajo estricta supervisión médica, con el apoyo de medicación para minimizar los síntomas de abstinencia y garantizar que la experiencia sea lo más llevadera posible.

La deshabituación se enfoca en identificar y reemplazar los hábitos y actitudes destructivas generadas por la adicción. El objetivo es promover una vida más saludable y facilitar la integración del paciente en su entorno familiar, social y profesional, con un enfoque en la sostenibilidad del cambio.

En esta etapa, el paciente recupera las habilidades personales y sociales perdidas a causa de la adicción. A través de terapia grupal e individual, los pacientes aprenden a manejar la ansiedad, controlar los impulsos y mejorar su bienestar general. La rehabilitación permite que el paciente se empodere y se prepare para una vida plena sin sustancias.

La reinserción es la última fase, en la que el paciente se prepara para reintegrarse a su entorno familiar y social. Esta fase es clave para garantizar que la recuperación sea sostenible. Además, ofrecemos seguimiento médico y terapéutico continuado tras la salida del centro, para asegurar una adaptación exitosa a su nueva vida.